Protagonizada por la brillante Emma Thompson y el siempre bueno Tom Hanks, interpretando al incomparable Walt Disney. Habla de los años que le toma a Mr. Disney obtener los derechos para llevar a la pantalla grande su más grande obra, Mary Poppins.
La actuación de Hanks es buena, pero la de Emma es brillante en medio de tanta utileria Disney, nos muestra el lado humano y los miedos que la hacen reacia a entregar su obra, la cual habla de su propia niñez, en la cual Poppins llegaba no a salvar a los niños, sino a su padre.
Siempre he tenido cierto recelo con los guiones adaptados para películas, ya que usualmente no se comparan con la obra literaria que tratan de plasmar; pero al final del día entendí que son eso, meras adaptaciones de esas grandes obras y que por razones de tiempo o dinero no abarcan todo lo que una vez el lector espera con ansias ver en esa pantalla grande.
Desde el punto de vista de un escritor puedo entender esa preocupación de ver caricaturizada esa obra en la cual invertiste no solo tu tiempo, si no tu ser y que para ti es algo sagrado. Es casi como entregar a un hijo a un extraño. Algo que quizás no muchas personas lleguen a entender, ya que en cualquier tipo de arte desde la pintura, música o literatura el artista se deja guiar por sus emociones y deja plasmada cierta parte de si en su obra, y asusta exponerse a ese nivel en el cual otras personas cuestionen o hagan críticas de ti mismo, y cabe decir que el arte al igual que la belleza es algo meramente subjetivo, ya que no a todos nos gusta o nos importa lo mismo.
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